Un violento robo ocurrió por la mañanaen calle Zapiola al 1100 cuando una pareja de jubilados de 94 y 93 años fue sorprendida en su vivienda por delincuentes que los maniataron, los golpearon y les robaron una importante suma de dinero. El hecho ocurrió entre las 8:15 y las 8:30 y fue descubierto gracias a la intervención de una vecina, Andrea, quien brindó detalles del dramático episodio.
“Vino él desesperado a esa hora para decirme que llame a la policía, que los habían robado. No entendía nada, corrí directamente a verlos”, relató la mujer. Al ingresar a la vivienda encontró a la jubilada con lesiones visibles. “Ella estaba muy lastimada en una de las muñecas y la otra un poco también”, explicó.
Ante la falta de respuesta inicial del sistema de emergencias, los vecinos debieron insistir para que llegara la ayuda. “Llamamos a la policía, a la ambulancia, a diferentes números porque el 911 no nos contestaba. Después empezaron a caer los patrulleros, fueron los primeros que llegaron”, señaló Andrea.
Según el relato de las víctimas, los delincuentes habrían ingresado por el patio trasero, descendiendo desde el techo. Sobre la cantidad de asaltantes, la vecina indicó que no está claro: “Creen que dos, porque la mujer dijo dos y el marido decía que le parecía que eran tres, pero estaban muy shockeados”.
Durante el asalto, los adultos mayores fueron reducidos con extrema violencia. “A él lo maniataron en la cama, le ataron los pies con un precinto grueso negro. Arrastrándose pudo llegar a la cocina y cortarlo”, contó. En el caso de la mujer, la situación fue aún más grave: “A ella la maniataron, le taparon la boca, la ahorcaron con una toalla y le taparon la cabeza con una remera, en otro ambiente de la casa”.
Los delincuentes no portaban armas, pero actuaron con violencia y exigieron dinero. “Eran personas grandotas, violentas. Exigían plata y les dieron vuelta la casa hasta que encontraron el dinero”, afirmó Andrea. El botín rondaría los 7 millones de pesos en efectivo, además de documentación personal y tarjetas.
Tras lograr liberarse, el jubilado fue quien salió a pedir ayuda. Al momento de la llegada de la ambulancia, ambos fueron asistidos y se encontraban fuera de peligro. “Ahora estaban bien, pero en el momento estaban desesperados, muy histéricos. Cuando la atendieron a ella, los valores dieron bien. Es una mujer muy religiosa, los bendecía”, cerró la vecina.
El hecho generó preocupación en el barrio por la violencia ejercida contra personas de avanzada edad y motivó reclamos por mayor presencia policial y respuestas más rápidas ante emergencias.
