Para tomar una decisión tan pesada, necesitaba hacer volar su imaginación. Y nada mejor que su profesión para hacerlo. En el informe de Daniel Malnatti en Telenoche fue presentada Traniela Carle Campolieto, la protagonista de un hecho histórico para la aviación argentina: se trata de la primera mujer trans pilota del país y, en consecuencia, la primera en comandar un vuelo, integrando la tripulación del Airbus A330-200 de Aerolíneas Argentinas.

Esta persona en cuestión tiene 48 años y una marcada experiencia en el sector. Comenzó su carrera hace 24 años. Antes de desempeñarse en vuelos comerciales, fue pilota del Ejército Argentino, llegando a alcanzar el grado de subteniente. A lo largo de esos años acumuló más de 13 mil horas de vuelo y transportó a miles de pasajeros, aunque en su extensa trayectoria quedará marcado para siempre el último 23 de mayo: esa fecha fue la primera vez que voló con su nueva identidad.

“Sentada en una plaza de Nueva York pensé que no quería ser más hombre. Había cumplido con todos los roles masculinos y elaboré un plan para salir del closet. Quería ser mujer a tiempo completo, por eso comencé a idear la forma para contárselo a todos mis seres queridos”, inició el relato.

Y de inmediato amplió detalles de su vida: “Estoy casada con mi mujer hace 18 años y tengo tres hijas. Ellas me roban la ropa y carteras (risas). Fue un proceso de aceptación muy lindo, con mucho amor. No deja de ser un proceso, tiene una etapa de shock y luego de aceptación”.

Cómo lo aceptó la comunidad

Aunque existen cientos de campañas para deconstruir, aún la sociedad sigue siendo bastante conservadora en algunas cuestiones sexuales. Por eso ella explica que “aprendí a caminar, a relacionarme con otras personas. El tema era cómo lo veían de afuera. Un pasajero intentó bajarse porque decía que el comandante era un travesti. Pensaba que ingresé por cupo, después salí a saludarlo y quedó todo bien”.

De inmediato aclaró que otros se sienten muy identificados con su historia de vida: “Hay personas que se emocionan mucho, algunos me abrazan o lloran. Quizá por sus propias experiencias que no pueden abandonar”.

Fuente: Eltrece