Dormir bien es fundamental para la salud física y mental. En los últimos años, el uso de cannabis medicinal se ha popularizado como un supuesto aliado para conciliar el sueño. Sin embargo, un estudio piloto publicado en la revista Journal of Sleep Research reveló que sus efectos no son tan claros como se pensaba.
Un equipo de investigadores evaluó cómo afecta una dosis única de cannabis medicinal a la calidad del sueño en adultos con diagnóstico clínico de insomnio. Los resultados mostraron que, lejos de mejorar el descanso, el producto redujo el tiempo total de sueño y, en particular, la fase REM, la etapa donde se producen los sueños y el cerebro se recupera.
El estudio y su metodología
El trabajo incluyó a 20 participantes (16 mujeres y 4 hombres) con una edad promedio de 46 años. Todos tenían insomnio confirmado por entrevistas clínicas y estudios de sueño en laboratorio. Cada voluntario pasó dos noches en el centro de investigación con una semana de diferencia.
En una de esas noches, recibieron un placebo
En la otra, una dosis oral única de un aceite de cannabis medicinal con 10 mg de THC (el compuesto psicoactivo de la planta) y 200 mg de CBD (que no provoca efectos psicoactivos).
El orden de administración se asignó al azar y los participantes no sabían si habían tomado el placebo o el tratamiento activo. Durante la noche, los investigadores registraron la actividad cerebral con un electroencefalograma (EEG) de alta densidad de 256 sensores.
Al día siguiente, realizaron una prueba de conducción simulada y evaluaron su capacidad para mantenerse despiertos en un ambiente silencioso y con poca luz, a fin de medir los niveles de alerta durante la jornada.
Qué descubrieron los investigadores
El hallazgo central fue que el cannabis medicinal redujo el tiempo total de sueño en un promedio de 24,5 minutos. Este resultado se explicó principalmente por una disminución de la fase REM, que se redujo 33,9 minutos en promedio. Además, los participantes tardaron más en llegar a esa etapa y no lograron mantener el sueño de forma estable durante la noche.
Lo más llamativo fue la discrepancia entre lo que mostraron las mediciones objetivas y lo que sintieron los voluntarios. “No reportaron cambios en la calidad de su sueño, a pesar de que los registros indicaban una reducción significativa”, explicaron los autores. Tampoco se detectaron alteraciones en el rendimiento cognitivo ni en el estado de alerta al día siguiente.
Estos resultados plantean interrogantes importantes. Si una sola dosis puede producir cambios en el sueño, ¿qué sucede con el consumo repetido durante semanas, meses o años? La profesora Camilla Hoyos, del Centro de Sueño y Cronobiología de la Universidad Macquarie, y la investigadora Anastasia Suraev, del Programa de Envejecimiento Cerebral Saludable de la Universidad de Sídney, coincidieron en que aún no se tienen respuestas claras.
Más estudios, menos mitos
El uso de cannabis medicinal para dormir es cada vez más común, pero la evidencia científica sigue siendo limitada. En una revisión publicada en Current Psychiatry Reports, los investigadores analizaron 21 estudios recientes (entre 2021 y 2024) sobre cannabinoides en distintos trastornos del sueño: insomnio, apnea obstructiva, síndrome de piernas inquietas y otros.
La conclusión fue que, pese al uso generalizado, no existen pruebas suficientes para recomendarlo como tratamiento. “Estos hallazgos subrayan la necesidad urgente de ensayos clínicos con más participantes, tratamientos de mayor duración y financiación adecuada”, remarcaron los expertos.
Hasta que esa evidencia esté disponible, recomiendan que los pacientes consulten con un médico antes de iniciar cualquier tratamiento con cannabis y que no sustituyan terapias comprobadas por productos cuya eficacia aún no está confirmada.
Fuente: TN