El alegato de la querella incluyó un pedido de encubrimiento contra las autoridades del Sanatorio de La Trinidad. Débora murió el 6 de febrero de 2018 tras realizarse una videoendoscopía digestiva alta.
El Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema, encargado de realizar la autopsia, había señalado que la muerte de la periodista fue “violenta” y que “hubo una perforación instrumental del esófago”.
La querella había pedido una pena más dura para Bialolenkier que para Puente al considerar que el anestesista “mintió” durante todo el procedimiento. Así lo había dicho Diego Pirota, abogada de la familia de Débora, antes de ingresar al Palacio de Tribunales esta mañana. “Siempre mintió, desde el mismo día de los hechos, en el que sabía lo que pasó, hizo todo lo posible para que no lleguemos a esta instancia de verdad y lo peor es que terminó tratando de que su colega, la otra responsable, tenga el doble de responsabilidad. Ella siempre dijo la verdad, el problema es que al decir la verdad está contando cuales fueron las equivocaciones que cometió”, afirmó el letrado.
Las palabras del abogado de la familia hacen referencia a la declaración del propio endoscopista, que ante el juez dijo que “todo funcionaba correctamente” y negó que hubiera “una lesión esofágica en la cara anterior si el endoscopio se apoya sobre la posterior”. De esta formaba buscaba contradecir el informe de los forenses.
Por su parte, Puente apuntó en su declaración contra el endoscopista al asegurar que estaba “indignada” por la declaración de su colega, y sostuvo que “evidentemente era una hemorragia digestiva”. “Él (Bialolenkier) me ayudó a quitar el abreboca y a darla vuelta junto con la instrumentadora (Miriam Frías). ¿Cómo no vio el edema en la cara?¿Cómo no se acuerdan de nada?”, se preguntó la anestesista.
El jueves, Puente pidió ampliar su declaración al asegurar que quería revelar una cuestión que no había mencionado. Lo hizo luego de escuchar a su colega. “Yo no conté un detalle en mi declaración, cuando escuché la alarma del monitor le levanté el brazo a la paciente, vi el abdomen duro y Diego miró y lo vio. Yo pensé que ese aire estaba en el tubo digestivo por eso le dije que salga”, relató ante el juez. “Le digo: ‘¡Aspirá, aspirá!’, para que saque el aire, y me dijo: ‘Esto no funciona'”.
Pirota dijo que peritos de la UBA confirmaron que el endoscopio no funcionaba.
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