Canal Siete
domingo 28 de abril

Crimen en Villa Gesell: el cóctel de alcohol, jóvenes, violencia y muerte

Los datos de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR).

El asesinato de Fernando Báez Sosa demostró las consecuencias mentales y sociales que causa este flagelo adolescente.

La corteza prefrontal juega un rol importante en la planificación de nuestras acciones, en cómo establecemos prioridades, e inhibe nuestra conducta impulsiva. El alcohol interfiere con estas funciones, por eso se pierde la capacidad de juzgar correctamente las situaciones y aumenta la despreocupación por las consecuencias de las acciones.

“Cada 20 segundos, muere una persona en el mundo por causa del alcohol y casi la mitad de ellos son jóvenes menores de 25 años. Es gigantesco el acopio de estudios que muestran el desastre social producido por las bebidas”, dice el doctor Jorge Luis Pellegrini, médico psiquiatra.

Actualmente, el alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida por los adolescentes en todo el país. Según los datos de la Tercera Edición Argentina de la Encuesta Mundial de Salud Escolar 2018, realizada a estudiantes de 13 a 17 años de escuelas públicas y privadas de todo el país, el 54,1% de los jóvenes de 13 a 17 tomó alcohol en los últimos 30 días.

“Es un patrón diferente al convencional. El patrón histórico y clásico es el consumo regular excesivo, es decir que van tomando parejo todos los días. Sin embargo, en los últimos tiempos lo que vemos se llama consumo episódico excesivo”, explica a Con Bienestar el doctor Eduardo Fassio (M.N 63.149), jefe del servicio de Hepatología del Hospital Nacional Posadas.

Los jóvenes tienen cuatro veces más probabilidades de desarrollar una dependencia en comparación con alguien que espera hasta la edad adulta para iniciar el consumo. Según SEDRONAR, en 2017 el 77% de la población al llegar a los 18 años ya había consumido alguna bebida con alcohol. Y el 47% de los jóvenes que consumió alcohol en el último mes, lo hizo en forma excesiva.

“No podemos acusar al deporte en sí de crear deportistas violentos, ya que no podemos dejar de observar que en los casos de violencia que suelen conocerse, suelen tener al alcohol como denominador común. Pero podríamos decir que ante una posible amenaza, el grupo se defiende. Hay una respuesta en masa, como una unión indivisible, sin medir consecuencias”, señala la licenciada en psicología Mariana Garibaldi (MN 53.223).

“Hoy vivimos una sociedad que nos empuja a consumir más allá de nuestras posibilidades. Una sociedad de sobredosis sin capacidad de espera. Todo debe ser ya”, se lamenta el doctor Pellegrini. Es importante, entonces, entender el caso en su contexto y no de manera aislada.

Fuente: tn.com.ar

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