Canal Siete
lunes 29 de abril

El drama de una familia que tomó un crédito hipotecario UVA y no lo puede pagar: “Pusimos la casa en venta”

Debe tres veces más del monto que pidió prestado. Cuotas impagables, sueños frustrados, faltas de respuestas y un pedido desesperado al presidente Alberto Fernández, la realidad que viven miles de personas en la misma situación.

Romina Bravo vive en Joaquín Gorina, a 15 kilómetros de La Plata. Junto con su compañero de vida, Nicolás Chiarlo, y sus dos hijos, Valentino y Benicio, emprendieron en 2017 el camino hacia la casa propia. Como otros miles de argentinos, vieron una oportunidad con los créditos hipotecarios UVA, pero apenas un año después se había transformado en una pesadilla. Cuotas impagables, promesas incumplidas y sueños frustrados. El drama de una de las tantas familias que esperan una respuesta.

Cuando Romina y Nicolás se inscribieron en el crédito UVA estaban cansados de cambiar de casa cada menos de dos años. Llevaban cinco mudanzas a cuestas y querían sentar raíces en la casa de sus sueños.

Compraron una vivienda vieja, de unos 50 años, la que debieron refaccionar con sus ahorros. Romina había vendido su departamento de soltera, de un ambiente, y con ese dinero hicieron habitable la que creían que sería su casa para toda la vida. Nada les hacía pensar en ese momento que apenas cuatro años después tendrían que ponerle el cartel de venta y no para irse a un lugar mejor o más grande, sino por lo imposible de pagar que se volvió el crédito.

Romina Bravo y Nicolás Chiarlo, felices cuando firmaron el crédito hipotecario UVA y recibieron las llaves de su nueva casa. (Foto: Romina Bravo)

“Mi pesadilla empezó cuando vi que el crédito empezó a crecer a pasos agigantados desde 2018″,contó Romina a TN.com.ar. El préstamo original fue de $3 millones y pagaban en ese entonces una cuota de $20.000 mensuales. Hoy, la deuda con el banco asciende a $10 millones y la cuota a $80.000. “O comemos o pagamos. Es una pesadilla inviable”, relató desesperada.

Ella cobra apenas $30.000 en un nuevo trabajo que consiguió tras haber sido despedida en 2019 del mismo banco privado en el que pidió el préstamo. Las cuentas no les cierran, los ingresos no alcanzan.

Sin respuesta del Estado, la única salida que encuentran es vender la casa, con suerte poder cobrarla a los $10 millones que le deben al banco y saldar las cuentas. Se irán con ello a su departamento de soltera.

“Si vendo mi casa, tal vez llegue a cancelar la deuda total del crédito, pero hace más de dos semanas puse el cartel y no recibí un solo llamado, porque el mercado inmobiliario está parado”, relató Romina. El sueño de la familia ahora es que el Gobierno los escuche.

Los créditos UVA

Los créditos hipotecarios UVA fueron creados durante el gobierno de Mauricio Macri, con la expectativa de poder contener el Índice de Precios al Consumidor (IPC), pero no lo logró. La cuota se ajusta mensualmente de acuerdo con la inflación previa. Como el costo de vida aumentó en tres de los últimos cuatro años a mayor ritmo que los salarios, la carga de los préstamos se hizo más pesada.

La historia de Romina no es una aguja en un pajar, sino la de miles de familias que atraviesan una situación similar con los créditos hipotecarios UVA. En total son unos 104.000 los préstamos otorgados bajo ese sistema, atado a la inflación, que se volvió inviable a partir de la primera gran devaluación de 2018 y la incesante disparada de precios.

Una de las historias que tuvo gran difusión fue la de la familia Macaluso, de San Rafael, en la provincia de Mendoza, la primera en ser notificada por falta de pago y que quedó a un paso de la primera ejecución. Finalmente, la Justicia les otorgó 180 días para encontrar una solución.

A un paso también de la ejecución está una familia de Córdoba. En otro caso, un hipotecado cobra un sueldo de $60.000 y la cuota es de $58.600.

“Tengo miedo que me ejecuten”, dijo Romina, desesperada en el contexto en el que varios ya están al borde de esa situación.

La verdadera morosidad

Según el Banco Central, en el caso de los créditos hipotecarios UVA la morosidad es prácticamente nula y es cierto. Según datos publicados por el diario Clarín, de los 104.000 tomadores de estos préstamos apenas 575 deben cuotas. Según los tomadores, el eje de la cuestión está en el mecanismo por el cual los bancos se hacen esos pagos.

Según datos de los colectivos que representan a los deudores, en su mayoría las familias hipotecadas tienen adherido el débito automático de las cuotas de la cuenta sueldo o de las tarjetas de crédito.

Entre los primeros se encuentra el caso que contó Romina, de un hipotecado al que le debitan casi la totalidad su sueldo. “Cuando la cuota suba por encima de $60.000 que es su sueldo, ahí va a empezar la morosidad porque el banco no le va a poder cobrar”, explicó.

En el caso de la tarjeta de crédito, lo que sucede es que muchas familias optan por pagar el mínimo, entonces saldan la cuota del préstamo, pero acumulan la deuda con la empresa o el banco que emisor de la tarjeta y pagan doble interés.

Falta de respuestas

Queremos pagar, no queremos un subsidio, queremos honrar nuestras deudas, pero queremos una deuda previsible”, aseguró Romina.

En varias oportunidades el colectivo de los hipotecados UVA pidió respuestas del Gobierno, pero creen que como no se trata un número significativo de familias no les dan respuesta. “Si somos unos pocos que vean cada caso”, pidió.

El pedido desesperado de Romina Bravo al presidente Alberto Fernández (Foto: Romina Bravo)

En concreto, lo que piden es que les reestructuren los préstamos, que se elimine la tasa UVA y que se actualicen por otro indicador que no vuelva al crédito impagable.

Queremos que Alberto Fernández cumpla con su promesa, dijo que nos iba a ayudar, como ayudaron con Néstor (Kirchner) a los que le iban a rematar el campo. Estamos esperando que cumpla con su palabra. Mi papá me enseñó que las promesas se cumplen”, afirmó la mamá de Valentino y Benicio.Romina Bravo

Queremos que Alberto Fernández cumpla con su promesa. Estamos esperando que cumpla con su palabra

Describió a los hipotecados como “gente laburante” que no se anima “a cortar calles” sino que se expresan “siempre a través de zoom, muy respetuosos y más ahora en pandemia”.

“No somos empresarios, no queremos hacer negocio con la casa. Nuestro sueño era nuestra casa propia. Queríamos estar tranquilos bajo nuestro techo, sin pensar en mudarnos cada dos años”, finalizó la platense que reclama que su voz y la de tantos miles sea escuchada.

Fuente: TN

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