La recaudación de impuestos de la provincia de Buenos Aires crece pero se cae y despierta preocupación en todos los niveles del Estado. Son varios los intendentes que detectan que el goteo diario de la coparticipación decae y apuntan sus miradas a ARBA.

Hoy, un informe oficial confirmó la tendencia. Se trata de la Ejecución Presupuestaria de 2022, elaborada por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, donde se evidencia que en términos reales hay cada vez menos recursos.

El extracto revela que los ingresos totales de la Provincia superaron los 3.8 billones de pesos, una marca que está 83,1 por ciento arriba de la de 2021. El problema es, como en ese mismo período la inflación rozó los 95 puntos, en términos reales el crecimiento de los ingresos es negativo por casi 12 por ciento.

El problema se agrava cuando se consideran únicamente los recursos de origen provincial, es decir, lo que recauda ARBA. Allí el incremento interanual es de 78 por ciento, es decir que hay 17 puntos de caída en términos reales.

Tal vez eso explique por qué este año la agencia que conduce Cristian Girard no distribuyó el clásico comunicado en el que celebra el éxito de la gestión medida por este mismo parámetro.

Siempre según el reporte del Gobierno provincial, Ingresos Brutos, que es el tributo que más pesa a la hora de recaudar, “registró una suba de 82,9% interanual”, lo cual lo pone 12 puntos por abajo del índice de precios.