Andrea Graciano, miembro colegiado del Colegio de Nutricionistas de la provincia de Buenos Aires, ha destacado que “la industria láctea ha comenzado a reformular productos” y que ahora “aparecen yogures y otros lácteos sin sellos”.

La nutricionista sostiene que el etiquetado frontal es más efectivo en aquellos productos que se perciben falsamente como saludables, como los yogures. Ahora, con la nueva ley, se descubrió que muchos de estos productos tienen 1, 2 o 3 sellos. Graciano señala que las ventas de estos productos han disminuido en otros países, lo cual es positivo para la salud pública. En México, la ley de etiquetado es obligatoria desde octubre de 2020, y las grandes empresas anunciaron que reformularían entre el 50% y el 80% de sus productos.

En Argentina, esta tendencia está comenzando a surgir lentamente, y la ausencia de sellos se está convirtiendo en una estrategia de marketing. Aunque no se ha cuantificado la cantidad de productos que se han reformulado, la secretaria de Acceso a la Salud de la Nación, Sandra Tirado, destaca que algunas industrias han cambiado la composición de productos como panes, yogures y postres lácteos para evitar los sellos. Estas empresas que solicitaron prórrogas ya han cumplido con su periodo y también han realizado cambios en la composición de sus productos. En el futuro, es posible que estos productos ya no necesiten llevar los sellos.

La nutricionista explica que en otros países donde se han implementado regulaciones similares, se ha observado que cuando la población toma en cuenta la información nutricional y modifica sus decisiones de compra, la demanda se dirige hacia productos sin sellos. Esto lleva a la industria alimentaria a reformular sus productos y reducir los niveles de sodio, azúcar y grasas.

Con respecto a los cambios de hábitos, la funcionaria del Ministerio de Salud indica que se realizarán encuestas para obtener información precisa sobre la situación. A través de las redes sociales, se ha observado que algunas personas han dejado de consumir productos que pensaban que eran saludables pero que en realidad no lo son.

Graciano destaca que los productos que antes se consideraban “light” ahora llevan sellos y no pueden tener ningún nombre que implique que son bajos en grasa o ayudan a perder peso. Solo se les permite llevar los octógonos.

La nutricionista afirma que el etiquetado frontal es la puerta de entrada a diferentes políticas públicas que buscan transformar los entornos, ya que actualmente estamos rodeados de entornos poco saludables que promueven el consumo de productos ultraprocesados. Es necesario transformar los entornos escolares, laborales, de comercialización e incluso los puntos de venta minorista.

La ley establece plazos para la adecuación de las etiquetas de los productos. Para las grandes empresas, el plazo venció el 20 de julio de 2022, y para las pequeñas y medianas empresas, el plazo venció el 20 de enero pasado. A partir del 20 de noviembre próximo, todos los productos de estas empresas deben llevar los sellos correspondientes, en caso de ser necesarios. (NA)