El Gobierno bonaerense ya tiene en sus manos el número final de la inflación de 2023. El impactante 211,4 por ciento con que cerró el año pasado es el parámetro formal sobre el que se moverá la negociación paritaria con los gremios estatales, docentes, médicos y judiciales.
Ese guarismo deja cada vez más lejos a la Provincia de satisfacer la demanda de los sindicatos que buscan que los sueldos no pierdan contra la inflación. En el caso de los trabajadores estatales, el acumulado a noviembre trepó al 120 por ciento. La diferencia es abismal.
Tras la reunión paritaria del martes, que fue el primer encuentro del año donde el Ejecutivo no formuló una oferta concreta, en las últimas horas se produjeron contactos informales entre funcionarios y representantes sindicales. Según trascendió, se analizaron alternativas, pero los negociadores del Gobierno habrían anticipado que “están lejos” del planteo que por caso llevó ATE de que la mejora a noviembre sea del 30 por ciento.
En ese marco, si bien había trascendido que aparecería una propuesta formal antes del fin de semana, aún no estaría redondeada la propuesta que el Ejecutivo acercará a los sindicatos.
AJUSTE
Lo cierto es que la negociación viene complicada por dos cuestiones básicas. La primera, porque el índice inflacionario se terminó de disparar en diciembre. Pero además, por el ajuste de gastos que viene aplicando la Nación que impacta sobre los ingresos de la Provincia.
El 211,4 por ciento deja bien lejos a la intención que venían manejando tanto la administración de Axel Kicillof como los representantes gremiales de que los sueldos no quedaran relegados frente a la inflación.
En ese contexto, se abre el interrogante en torno de qué mecanismo utilizará la Provincia en procura de cerrar la negociación salarial 2023. Tal como anticipara en exclusiva este diario, una de las alternativas que se manejaba como para compensar el aumento por debajo de la inflación era reducir la jornada laboral de los estatales de la ley 10.430, pero manteniendo la totalidad del salario.
Así, como la mayoría de los sectores tienen el régimen de 40 horas semanales, volverían al de 30 horas. De esta forma, se daría una mejora salarial de manera indirecta.
Pero en las últimas horas algunos funcionarios que hablaron con sindicalistas pusieron en pausa esa posibilidad. No la descartaron, pero se podría terminar definiendo con el correr del año.
Lo que se termine pactando dará cierre formal a la negociación salarial del año pasado que el Gobierno provincial había pasado para enero en medio de la incertidumbre provocada por el cambio de administración a nivel nacional.
Los gremios pretenden que una vez concluida esa etapa arranque rápidamente la conversación salarial 2024, ya que se prevén meses de muy alta inflación. La idea de los sindicatos es cerrar paritarias “cortas”, acaso bimestrales, para que los sueldos no se retrasen frente a la disparada del costo de vida. Esa premisa formará parte de la negociación con los funcionarios.
La insistencia de los gremios en el sentido de que el aumento que cierre la negociación 2023 se cobre en febrero, apura las definiciones. El tiempo límite para las liquidaciones de los salarios que opera a mediados de mes empuja el desenlace de la paritaria.
Fuente: El Día