El jueves 18 de enero se cumplen cuatro años del crimen de Fernando Báez Sosa por un grupo de rugbiers a la salida de un boliche en Villa Gesell. Su mamá, Graciela Sosa, dialogó con Radio Mitre a días de un nuevo aniversario sobre el dolor que lleva con su esposo por el asesinato de su hijo.
“Estamos pasando momentos muy difíciles. Se va a cumplir 4 años del asesinato y parece que fue ayer que pasó. Es muy difícil sobrellevar tanto dolor. Tratamos de aprender a convivir con el sufrimiento por la pérdida de nuestro hijo y es difícil, nuestra vida se detuvo en el tiempo”, comenzó declarando Graciela Sosa.
“Nos cuesta mucho hablar sobre los que pasó con nuestro hijo. Todavía nos cuesta creer y aceptar que Fer nunca volverá. Los dos sufrimos mucho”, agregó en diálogo con Radio Mitre.
A su vez, Graciela Sosa comentó que, por el 4.º aniversario de la muerte de Fernando, realizarán una oración inter religiosa en la Facultad de Derecho. “A pocos días de cumplirse 4 años del aniversario de su asesinato realizaremos una oración inter religiosa por la paz, la justicia y la no violencia en la Facultad de Derecho a las 20 horas”, sostuvo.
“Espero que puedan acompañarnos ese día tan doloroso para nosotros, que perdimos lo mejor y lo más bello que teníamos en la vida”, cerró la mamá de Fernando Báez Sosa.
Graciela Sosa habló sobre los privilegios de los rugbiers que asesinaron a Fernando Báez Sosa
Los ocho rugbiers acusados y condenados por la muerte de Fernando Báez Sosa generaron indignación al pasar una Navidad en la que trascendió que continúan juntos y disfrutando de numerosos privilegios.
En ese sentido, la mamá de Fernando Báez Sosa sostuvo que “realmente la espera desespera, comprendo que la Justicia tiene su tiempo para resolver y confiamos que el fallo de Casación resuelva la condena y que sea favorable, a favor de Fernando”.
Y siguió: “Tenemos mucho miedo y angustia. Es doloroso escuchar que tienen tanto privilegio. Fernando perdió todo, al igual que nosotros. Solo nos queda luchar para que quede firme la condena con una justicia ejemplar y que no sigan ocurriendo tantos asesinatos”.
“Mi único privilegio es visitar y llevar flores al cementerio y regresar con el corazón destrozado. Tan solo tenía 18 años y me lo asesinaron sin piedad. Lo condenaron a una cadena eterna de la que jamás volverá”, cerró Graciela Sosa.
