El papel es uno de los materiales más utilizados en el mundo, y también uno de los más fáciles de aplicar usando diferentes técnicas de reciclaje. Su aprovechamiento reduce la tala de árboles, el consumo de agua y energía, y la emisión de gases contaminantes. Por cada tonelada de papel reciclado, se salvan aproximadamente 17 árboles, se ahorran 26.000 litros de agua y se evita la emisión de más de 30 kg de dióxido de carbono.
En este contexto, conocer las opciones para reciclar papel en casa, en la escuela o a nivel industrial se vuelve clave para avanzar hacia un modelo de vida más sostenible.
Los centros de reciclaje aceptan una gran variedad de productos de papel, siempre que estén limpios y secos. Entre ellos:
No se deben reciclar papeles sucios con comida o grasa (como servilletas usadas, cajas de pizza), papel metalizado, papel carbón o plastificado.
Ni plástico ni madera: el material más económico que podés usar para reciclar
En el hogar, existen alternativas simples y creativas para reutilizar el papel antes de desecharlo:
Estas acciones no solo reducen residuos, sino que también promueven hábitos conscientes en la vida cotidiana.
Cuando se entrega el papel en centros de reciclado o puntos verdes, este pasa por un proceso industrial que incluye:
Este papel puede reutilizarse para fabricar nuevos cuadernos, papel higiénico, bolsas, cajas o cartón corrugado. En muchas ciudades argentinas existen cooperativas o plantas que llevan adelante esta tarea, generando empleo verde y promoviendo la economía circular.
Una de las claves para el reciclado exitoso del papel es la correcta separación en origen. Colocar el papel en bolsas secas, sin restos de alimentos ni mezclas con otros materiales, facilita su recuperación.
Además, muchas escuelas y oficinas han comenzado a implementar sistemas de recolección diferenciada, involucrando a la comunidad educativa y laboral en prácticas sostenibles.
Esta entrada ha sido publicada el 17 de junio, 2025 17:34
Deja un Comentario