La problemática del mal estado y de la falta de mantenimiento de los caminos rurales se repite en varios distritos bonaerenses. Daireaux es una de las zonas más activas en este tipo de reclamos, y los productores visibilizan desde hace tiempo la problemática de la red vial a través de redes sociales, una de ellas la @caminosruralesdx en Instagram.
Después de varios reclamos y de agotar instancias de dialogo con las autoridades municipales y la Sociedad Rural de ese Partido, la paciencia de los productores llegó a un punto de no retorno y los reclamos pasaron al ámbito judicial.
Juan Martín Capelle, productor de la zona, contó al programa “Bichos de Campo” que la situación llegó a la Justicia luego de agotar sin éxito todas las instancias de diálogo con la municipalidad y con la Sociedad Rural local.
Los números que arrojan los peritajes son alarmantes: solo el 4% de los 1170 kilómetros de caminos rurales se encuentra en estado aceptable. Y sin embargo, según los propios productores, con la maquinaria existente y los recursos que se recaudan por la tasa vial, sería posible mantener en buen estado hasta el 70% de la red.
“No es falta de plata, es falta de gestión”, resumió Capelle. El cálculo es claro: 200.000 hectáreas que tributan unos $10.000 cada una deberían alcanzar para sostener la red vial, que es esencial no solo para la producción agropecuaria, sino para la vida rural en general.
El reclamo tiene una raíz estructural: los productores sienten que pagan una tasa que no se refleja en mejoras concretas. Y en 2022, alrededor del 30% de los contribuyentes decidió suspender el pago de manera legal, con asesoramiento jurídico. Hoy esperan una sentencia, mientras un perito contable y uno técnico ya revisaron tanto el estado de los caminos como las cuentas municipales.
Más allá de los colores políticos, desde el sector sostienen que hay casos de municipios que lograron avances reales en esta materia mediante consorcios o cooperativas viales. En Daireaux, en cambio, señalaron una “falta de prioridad” en la agenda pública, que ya empieza a generar consecuencias no solo económicas sino también sociales y sanitarias: desde demoras en la cosecha hasta ambulancias atascadas en el barro.
Hoy, los productores aguardan con expectativa el fallo judicial que podría marcar un antes y un después en la administración de la tasa vial. La causa no solo busca reparar una situación local, sino también sentar un precedente para que los recursos se apliquen efectivamente al mantenimiento de las rutas rurales. Capelle, sintetizó el anhelo del sector: dejar atrás la disputa, volver al trabajo en el campo y ver caminos transitables, con obras reales y duraderas. “Ojalá que dentro de un año estemos hablando de otra cosa”, dijo. (Semanario Extra)