Durante las vacaciones de invierno, numerosas familias se ven ante el desafío común de hallar maneras de entretener a tu hijo sin que pase demasiado tiempo frente a dispositivos electrónicos. Con la constante presencia de tablets, videojuegos y contenido audiovisual ilimitado en el celular, los libros parecen haber quedado en un segundo plano.
Fomentar en los niños el hábito de la lectura como una opción placentera, creativa y relajante se vuelve una tarea indispensable, aunque a veces complicada de lograr.

Leer amplía el vocabulario y mejora la comprensión
“Leer no solo amplía el vocabulario y mejora la comprensión; es un gimnasio para la mente que fortalece la concentración, la atención, la memoria y el pensamiento crítico”, explica Luciana Rossi, Vicedirectora de Nivel Primario en la Nueva Escuela Argentina 2000 (NEA 2000), un centro educativo destacado por su método pedagógico innovador y su sólida propuesta en torno a la lectura.
Además de su rol directivo, Rossi se desempeña como docente de Educación Primaria, guía en técnicas de Meditación y Mindfulness, y es una de las principales impulsoras del proyecto de Lectura Silenciosa que la escuela promueve con entusiasmo.
“Lo más importante”, destaca Rossi, “es que la lectura es una puerta de entrada a mundos infinitos, una herramienta infalible para la relajación, el disfrute y el entretenimiento puro”.

Para lograrlo, brinda varias sugerencias concretas que convierten estas vacaciones en una oportunidad ideal para incentivar la pasión por la lectura. Lo mejor de todo es que no hacen falta grandes gastos ni aparatos tecnológicos avanzados. Solo es necesario tener disposición para compartir, soñar y dejarse llevar por la imaginación.
8 tips infalibles para que tu hijo se enamore de la lectura
- Transformá un espacio en un lugar especial: con un cojín confortable, una frazada cálida y una luz tenue, cualquier rincón puede volverse un refugio para la imaginación y la aventura.
- Dejalos decidir: darle a los niños la libertad de escoger los libros que más les interesen —ya sea por el tema, la portada o los personajes— los involucra como protagonistas de su propio disfrute lector.
- Fijá momentos determinados: designar horarios concretos para la lectura (antes de dormir, después del almuerzo o durante una merienda especial) contribuye a crear una rutina y mantener la constancia.
- Sé un ejemplo: “Si te ven leer por placer, es mucho más probable que quieran hacerlo también”, sostiene Rossi. La conducta de los adultos sigue siendo una influencia fundamental.

- Leé en voz alta con actuación: imitar voces, añadir sonidos o interpretar personajes convierte la lectura en un momento divertido y compartido.
- Interactuá con la historia: hacer adivinanzas con gestos, crear una galería de personajes o montar un “museo de objetos” que aparecen en el relato ayuda a ampliar la imaginación más allá del texto.
- Planificá una búsqueda del tesoro literaria: elaborar pistas y retos basados en los libros es una forma original de despertar entusiasmo y fomentar la colaboración grupal.
- Organizá una merienda temática: decorar la mesa, preparar un menú inspirado en la lectura y charlar sobre lo leído transforma la experiencia en algo especial e inolvidable.

Tecnología con propósito
Aunque la meta sea disminuir el tiempo frente a dispositivos electrónicos, Rossi no rechaza usarlos de manera consciente y provechosa: “Los libros electrónicos o ciertas aplicaciones de lectura pueden ampliar la variedad de textos disponibles y sumar nuevas voces”.
Por otro lado, una actividad imprescindible es acudir a la biblioteca local: “Pueden anotar títulos llamativos, dibujar tapas o simplemente dejarse sorprender con los ojos cerrados. Es una forma hermosa de reconectar con lo tangible”, señala.

Iniciativas como la Lectura Silenciosa y los momentos de lectura colectiva en NEA 2000 integran una propuesta educativa orientada a formar niños inquisitivos, sensibles y críticos.
“Leer permite a los chicos imaginar, crear, desarrollar habilidades narrativas y empatizar con las emociones de otros. Es un viaje interno que los conecta con su mundo emocional”, resume Rossi. Para estas vacaciones, el mensaje es directo: menos pantallas y más relatos. Porque cuando un nene se sumerge en un libro que lo cautiva, ninguna red social logra captar su atención.