Durante las vacaciones de invierno, numerosas familias se ven ante el desafío común de hallar maneras de entretener a tu hijo sin que pase demasiado tiempo frente a dispositivos electrónicos. Con la constante presencia de tablets, videojuegos y contenido audiovisual ilimitado en el celular, los libros parecen haber quedado en un segundo plano.
Fomentar en los niños el hábito de la lectura como una opción placentera, creativa y relajante se vuelve una tarea indispensable, aunque a veces complicada de lograr.
“Leer no solo amplía el vocabulario y mejora la comprensión; es un gimnasio para la mente que fortalece la concentración, la atención, la memoria y el pensamiento crítico”, explica Luciana Rossi, Vicedirectora de Nivel Primario en la Nueva Escuela Argentina 2000 (NEA 2000), un centro educativo destacado por su método pedagógico innovador y su sólida propuesta en torno a la lectura.
Además de su rol directivo, Rossi se desempeña como docente de Educación Primaria, guía en técnicas de Meditación y Mindfulness, y es una de las principales impulsoras del proyecto de Lectura Silenciosa que la escuela promueve con entusiasmo.
“Lo más importante”, destaca Rossi, “es que la lectura es una puerta de entrada a mundos infinitos, una herramienta infalible para la relajación, el disfrute y el entretenimiento puro”.
Para lograrlo, brinda varias sugerencias concretas que convierten estas vacaciones en una oportunidad ideal para incentivar la pasión por la lectura. Lo mejor de todo es que no hacen falta grandes gastos ni aparatos tecnológicos avanzados. Solo es necesario tener disposición para compartir, soñar y dejarse llevar por la imaginación.
Aunque la meta sea disminuir el tiempo frente a dispositivos electrónicos, Rossi no rechaza usarlos de manera consciente y provechosa: “Los libros electrónicos o ciertas aplicaciones de lectura pueden ampliar la variedad de textos disponibles y sumar nuevas voces”.
Por otro lado, una actividad imprescindible es acudir a la biblioteca local: “Pueden anotar títulos llamativos, dibujar tapas o simplemente dejarse sorprender con los ojos cerrados. Es una forma hermosa de reconectar con lo tangible”, señala.
Iniciativas como la Lectura Silenciosa y los momentos de lectura colectiva en NEA 2000 integran una propuesta educativa orientada a formar niños inquisitivos, sensibles y críticos.
“Leer permite a los chicos imaginar, crear, desarrollar habilidades narrativas y empatizar con las emociones de otros. Es un viaje interno que los conecta con su mundo emocional”, resume Rossi. Para estas vacaciones, el mensaje es directo: menos pantallas y más relatos. Porque cuando un nene se sumerge en un libro que lo cautiva, ninguna red social logra captar su atención.
Esta entrada ha sido publicada el 19 de julio, 2025 11:20
Deja un Comentario