La Universidad de Pavía, Italia, publicó en la revista ScienceDirect un descubrimiento que a muchas personas les gustaría escuchar: el chisme tiene increíbles efectos positivos en la salud de las personas.
Según la investigación realizada, la salud mental y emocional se vio beneficiada por la reproducción de chismes entre pares. No solo fortalece vínculos sociales, sino que también logra reducir el estrés cotidiano.
Los investigadores del estudio científico analizaron cómo diferentes tipos de conversaciones afectan los niveles hormonales de las personas. Para ello, trabajaron con 22 estudiantes universitarias, quienes participaron en tres tipos de charlas:
El análisis sobre estas charlas basadas la vida privada de los demás reveló las siguientes consecuencias en el cuerpo humano:
Aumento de oxitocina: durante las conversaciones de tipo chismoso, se observó un incremento significativo de oxitocina, conocida como la hormona de la felicidad. Esta hormona está relacionada con el placer, la empatía, la confianza y la formación de vínculos sociales.
Reducción del cortisol: también se detectó una disminución del cortisol, la hormona del estrés, especialmente durante las charlas sobre terceras personas.
Efecto relajante: la oxitocina ayuda a reducir la presión arterial, el ritmo cardíaco y la ansiedad, lo que sugiere que chismear (en contextos no maliciosos) puede tener un efecto relajante y beneficioso para el bienestar general.
El estudio científico sugiere que el chisme, lejos de ser solo una práctica negativa, puede fortalecer vínculos sociales, actuar como una forma de regulación emocional y reducir el estrés cotidiano, siempre que se realice en un entorno consensuado y sin intenciones dañinas.
Así, lejos de ser solo una práctica frívola, el chisme puede convertirse en un mecanismo de unión grupal y bienestar emocional. (El Cronista)
Esta entrada ha sido publicada el 1 de agosto, 2025 17:54
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