Luego del salto del lunes, el dólar retrocedió este martes. El catalizador fue la intervención del Tesoro en el mercado de cambios, tal como lo anunció el Secretario de Finanzas, Pablo Quirno, poco después de la apertura de la rueda. Así, el dólar bajó $10 y cerró en $1.375 en el Banco Nación.
El tipo de cambio mayorista cedió 0,8% y se acomodó en los $1.361, a $105 del techo de la banda de flotación que rige para esta fecha.
Quirno utilizó la red social X para informar la decisión del Tesoro de dar macha atrás con su política de dejar flotar libremente al dólar al interior de la banda. El funcionario dijo que se trató de “intervenir para dar más liquidez” en el mercado.
Operadores del mercado coincidieron en que desde la apertura apareció más oferta, lo que hizo que el precio retrocediera respecto de los máximos alcanzados en la previa.
“Las primeras operaciones, en el máximo de la fecha, fueron ventas oficiales. Después, el mercado reaccionó para abajo, seguramente como consecuencia de ver la intervención, algunos se decidieron a vender”, comentó el operador de cambios, Gustavo Quintana, de PR Corredores de Cambios.
Dudas por el esquema de bandas
Desde la salida del cepo cambiario, a mediados de abril, el equipo económico había definido que el tipo de cambio iba a “flotar libremente” dentro de una banda, que en ese momento tenía como piso los $1.000 y como techo los $1.400. En estos casi cinco meses que pasaron desde aquel anuncio, esos límites se fueron corriendo, ya que estas bandas “móviles” ajustan al 1%.
El Central se abstuvo de comprar dólares en la primera mitad del año, aún en un contexto de mayor afluencia de divisas, porque el Gobierno se había puesto como objetivo hacerlo cuando el tipo de cambio perforase el piso de la banda. De la misma manera, el organismo no podía intervenir frente a posibles saltos cambiarios, a menos de que el tipo de cambio supere el techo, situado a hoy en los $ 1.466,04.
Esa política, aunque criticada por algunos sectores en la City, aportaba cierta credibilidad al plan económico. Pero, desde el desarme fallido de las LEFI, a partir del 10 de julio pasado, se vio al Banco Central y al equipo económico apelando a una serie de estrategias para administrar el precio del dólar sin intervenir directamente. Estas fueron desde intervenciones en el mercado de pesos con tasas más altas, ventas en el segmento de futuros, hasta un mayor peso de los encajes para los bancos.
Durante la última semana de agosto, en la City observaron que el Tesoro, que había comprado “en bloque” dólares en el mercado cambiario, habría comenzado a hacer la operación inversa, para “dominar” el crecimiento de la demanda de dólares, acentuado por la previa electoral y los escándalos por supuesta corrupción que golpearon al Gobierno.
Según la consultora 1816, en la segunda mitad de agosto, el Tesoro se habría desprendido de, como mínimo US$ 354 millones de los dólare s que tenía depositados en el Banco Central. “Las aparentes ventas del Ministerio de Economía en el spot no son más que otro hito que refleja que la prioridad absoluta del Gobierno es llegar a la elección con un tipo de cambio tranquilo”, había dicho 1816.
El tuit de Pablo Quirno no hizo más que confirmar estas hipótesis y algunos analistas comenzaron a poner en duda la sostenibilidad del esquema de bandas planteado desde el final del cepo.