
Una historia insólita se conoció en las últimas horas en la localidad neuquina de Loncopué: una joven de 29 años fue acusada de robarle a su compañera de trabajo, transfiriendo casi 2 millones de pesos desde la cuenta bancaria de la víctima a la suya durante varios meses.
La maniobra salió a la luz cuando la denunciante, que no tenía por costumbre revisar sus cuentas ni usaba aplicaciones del banco en el celular, notó movimientos extraños y un faltante importante de dinero.
Al revisar los resúmenes, descubrió transferencias que no reconocía en sus dos cuentas bancarias y decidió ir directo a la Comisaría 26 para hacer la denuncia.
Según detalló el diario La Mañana de Neuquén, la víctima no tenía el hábito de revisar sus movimientos bancarios ni usaba home banking en su celular, lo que permitió que el robo pasara desapercibido durante por lo menos tres meses.
La estafadora empezó con transferencias de montos bajos, pero con el tiempo fue animándose a cifras cada vez mayores.
Cuando la víctima finalmente detectó la actividad sospechosa, presentó la evidencia ante la policía y su denuncia dio inicio a una investigación para rastrear el destino del dinero.
El fiscal Marcelo Jofré ordenó un allanamiento en una casa de la calle Mascardi, en Loncopué, tras comprobar que la cuenta receptora del dinero pertenecía a otra persona de la localidad.
Durante el operativo, los agentes secuestraron varios celulares, una notebook, memorias y pendrives.
Pero el hallazgo más contundente fueron tickets y facturas con el número de cuenta de la víctima, lo que terminó de vincular a la sospechosa con la estafa.
La clave del caso estuvo en la relación entre ambas mujeres. “La denunciante y la investigada son compañeras de trabajo, trabajan en una institución de la localidad”, explicó el comisario Sergio Huanque, jefe de la Comisaría 26.
Si bien la investigación recién comienza, todo indica que, en un descuido, la acusada se apoderó de los códigos de acceso de la víctima y así pudo operar libremente en sus cuentas.
A diferencia de otras estafas, no hubo llamados falsos ni phishing: el robo se concretó gracias a la confianza y la cercanía entre ambas.
En las últimas horas, la joven de 29 años fue notificada de la investigación y se le permitió designar un abogado defensor. Tras verificar sus antecedentes, recuperó la libertad, aunque sigue vinculada a la causa.
Todos los dispositivos electrónicos secuestrados en su casa serán peritados en las próximas semanas para determinar el alcance total de las transferencias y sumar más pruebas al expediente.
Fuente: TN.com.ar
Esta entrada ha sido publicada el 3 de diciembre, 2025 10:15
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