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Se conocieron fundamentos de la condena a dos enfermeros de Comandante Espora acusados de abuso a una colega

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Tal lo adelantado oportunamente por esta pagina, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca a penas de entre 2 años y 2 años y 3 meses de prisión condicional a dos enfermeros de la Base Aeronaval Comandante Espora por abusar sexualmente de una compañera de trabajo entre el 2017 y 2020, y durante el 2022. La condena fue en sintonía con lo solicitado por el fiscal general Gabriel González Da Silva.

Se trata de Mauricio Monduzzi y Marcos Zaragoci, condenados a 2 años y 3 meses y a 2 años de prisión condicional, respectivamente, por ser considerados autores del delito de abuso sexual simple reiterado, en perjuicio de una enfermera compañera de ellos.

En las ultimas horas se conocieron los fundamentos que tienen 153 carillas. En las mismas destaca que a Monduzzi se le atribuyeron al menos seis hechos, a Zaragoci se le contabilizaron tres, cometidos, los de ambos, entre comienzos de 2017 y marzo de 2020 y luego entre marzo y el 6 de mayo de 2022, en la sede División Medicina Industrial Sanidad del Arsenal Aeronaval Comandante Espora.

Además, los jueces Sebastián Foglia, José Asis y Ernesto Sebastián, les impusieron el cumplimiento de ciertas reglas de conducta durante el mismo plazo que ejecuten la pena.

En ese sentido, deberán someterse a la Dirección de Control y Asistencia de Ejecución Penal (DCAEP); fijar y mantener el domicilio informado; y abstenerse de tomar contacto y de acercarse a la víctima y a las denunciantes a menos de 200 metros de distancia.

También deberán realizar doce horas mensuales de trabajos no remunerados en favor de una institución de bien público que propongan los condenados con aprobación del juez de Ejecución; y por último, completar satisfactoriamente el Taller de Conversaciones sobre Perspectiva de Género y Violencias, dictado por la fundación FEPAIS, en la órbita de la Dirección de Control y Asistencia de Ejecución Penal u otro similar, articulado por entidad pública o privada, con control de dicha dirección.

“Nada menos que una dependencia estatal sirvió de espacio propicio para que se desarrollaran acosos laborales y sexuales durante prolongados períodos de tiempo, que afectaron no solo la dignidad de la víctima, sino también de otras mujeres”, resumió González Da Silva.

Por último, establecieron extraer y remitir la información genética de los condenados al Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a Delitos contra la Integridad Sexual, de conformidad con las disposiciones establecidas en la ley 26.879.

Alegato fiscal

Durante su alegato, el fiscal general González Da Silva sostuvo que no se trató de un hecho aislado “sino más bien una conducta que se mantuvo a lo largo del tiempo, que se reiteraba en el día a día en el entorno laboral, ante la más absoluta indiferencia de las autoridades militares”.

“El acoso verbal era cotidiano, de una verborragia intimidatoria que acompañaba con manoseos y cachetazos en diferentes partes del cuerpo, en especial zonas íntimas como los glúteos y los pechos”, indicó.

Al detallar los abusos padecidos por la víctima, González Da Silva afirmó que los imputados “la manoseaban de manera cotidiana y sistemática, y apoyaban su miembro en sus glúteos, pese a la resistencia y quejas que la víctima constantemente les profesaba”.

Asimismo, el fiscal describió el lugar dónde se cometieron los abusos: “La división Medicina Industrial Sanidad, al momento que tuvieron lugar los hechos denunciados, se trataba de un verdadero sucucho, pequeño y sin ventanas, ubicado al final de un largo pasillo al que los propios empleados denominaban ´túnel´”.

Según el fiscal, “esta circunstancia permitió a los imputados manejarse con total impunidad, nadie veía lo que hacían y tampoco podían escuchar a la víctima quejarse, defenderse y hasta forcejear con los acusados”.

Mientras que a Monduzzi se le atribuyeron al menos seis hechos, a Zaragoci se le contabilizaron tres, cometidos, los de ambos, entre comienzos de 2017 y marzo de 2020 y luego entre marzo y el 6 de mayo de 2022, en la sede División Medicina Industrial Sanidad del Arsenal Aeronaval Comandante Espora.

Por otra parte, se refirió a las secuelas que le quedaron a la víctima, quien hasta la fecha se encuentra con un tratamiento con antidepresivos, ansiolíticos y antipsicóticos, los que debe consumir a diario. “La evolución, hasta la fecha, fue tórpida, con momentos de mejoría y retrocesos”, indicó y detalló que “la situación psicológica se vio sumamente agravada por un cuadro de estrés postraumático y un trastorno ansioso depresivo”.

“Nada menos que una dependencia estatal sirvió de espacio propicio para que se desarrollaran acosos laborales y sexuales durante prolongados períodos de tiempo, que afectaron no solo la dignidad de la víctima, sino también de otras mujeres”, resumió.

Otras denuncias

González Da Silva describió lo que ocurrió con otra enfermera, a la que los imputados le provocaron “una situación de mucho estrés, que repercutió directamente en su salud mental y física”.

Explicó que luego de ser mamá, la enfermera, que fue denunciante en la causa, contó que los comentarios que hacía Zaragoci sobre ella se incrementaron, provocándole una “situación de estrés negativos en la lactancia” y que ello “le provocó una mastitis, que es una infección de la mama, que causa dolor e hinchazón y debe ser tratada con antibióticos”.

Por último, el fiscal citó uno de los comentarios que hizo otra denunciante: “Nos alertó de que casos como este abundan en la base aeronaval, pero cuando son denunciados no hay consecuencias reales para los autores, sino para las víctimas, quienes son catalogadas de locas o problemáticas”.

En ese sentido, añadió que “la tranquilidad de los imputados en el marco de este episodio responde al contexto machista que se vive en el arsenal, donde es muy difícil que a las mujeres les crean cuando denuncian un hecho de abuso o de acoso laboral”.

Esta entrada ha sido publicada el 6 de octubre, 2025 15:59

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