El municipio de Villarino aclaró la situación sanitaria luego de que se difundiera un nuevo informe nacional sobre la presencia de arsénico en aguas subterráneas. En diálogo con Canal Siete, el secretario de Salud, Claudio Pastori, aseguró que el fenómeno “es histórico en la región” y remarcó que el agua que llega a los hogares por red está controlada y dentro de los parámetros permitidos.
Pastori explicó que la presencia de arsénico en napas profundas “no es una novedad” y responde a procesos geológicos antiguos. “El arsénico forma parte de nuestro subsuelo desde toda la historia”, afirmó. El funcionario señaló que Villarino participa del “mapa del arsénico” enviando muestras tomadas bajo protocolo sanitario estricto, lo que permitió precisar que los pozos analizados en el distrito registran valores cercanos a 54 o 55 partes por billón.
El funcionario aclaró que esos registros corresponden a pozos particulares, no al agua distribuida por ABSA. “Las muestras que salieron de Villarino son de pozo. El agua que reciben las poblaciones es provista por ABSA y nosotros hacemos controles mensuales junto con el laboratorio de bromatología de Bahía”, detalló.
Pastori contextualizó los valores detectados y señaló que existe un marco normativo ambiguo: la OMS recomienda un límite de 10 partes por billón, mientras que el Código Alimentario Argentino admite hasta 50. “Hoy esa zona gris depende de qué parámetro se tome como referencia”, sostuvo. También remarcó que estudios recientes —aún no publicados oficialmente— indican que valores cercanos a 50 serían tolerables.
De todos modos, advirtió que el agua de pozo con esos niveles de arsénico “no debe tomarse” y solo puede utilizarse para cocción. En cambio, destacó que el agua de red es controlada regularmente. “Todos los meses tomamos muestras aleatorias en hospitales y salas médicas. Si surge alguna alteración, se notifica a ABSA y se actúa de inmediato”, afirmó.
Consultado sobre posibles efectos en la salud, Pastori fue claro: “No tenemos casos detectados de acre, la patología asociada a la acumulación de arsénico a largo plazo”. Aseguró que no hubo manifestaciones clínicas vinculadas al consumo de agua en los vecinos y explicó que la toxicidad depende tanto de la exposición como de la capacidad individual del organismo para metabolizar el mineral. Además, detalló que en la región predomina la forma química “menos dañina”. “El arsénico que tenemos es nueve veces menos tóxico que el otro tipo”, subrayó.
Como recomendación general, pidió que quienes utilicen agua de pozo realicen los estudios correspondientes y reiteró que la red domiciliar es segura. “No ocultamos nada. Participamos activamente del envío de muestras y trabajamos sobre un tema que es histórico”, cerró Pastori.
