Diego, es dueño de un kiosco de Vieytes al 1200 y está harto de la inseguridad. Esta vez fForzaron la puerta, robaron la cortadora de fiambre, una balanza y dinero de la caja. Sufrieron otro hecho delicitivo en pocos meses.
“Ya son proovedores. El dinero está destinado casi para ellos. A poco o mucho tiempo van a volver” dijo indignado.
“Uno quiere seguir trabajando, pero siempre tenemos que agradecder que no nos haga daño físico, pero hasta cuándo”. agregó.
