La fiscal Natalia Ramos, titular de la UFIJ N.º 6 dio, que llevó adelante la investigación del crimen que conmocionó a Tres Arroyos, en el que Fernando Dellarciprette asesinó a su esposa y a sus dos hijos pequeños antes de quitarse la vida en la Ruta 228, dio detalles de la causa.
La funcionaria judicial, en declaraciones formuladas a LU24, calificó el hecho como “uno de los casos más duros” en los que le tocó trabajar y confirmó que no hay otras personas involucradas. “La investigación fue orientada a reconstruir lo sucedido entre las 10 y las 14 horas del mismo día. Con el material reunido, no hay motivos para que intervenga la Justicia de Garantías”, señaló.
En la investigación, declararon la psiquiatra y la psicóloga que atendían al autor del crimen. Ambas profesionales coincidieron en que Dellarciprette padecía un trastorno paranoico y que no estaba tomando la medicación indicada. Estuvo cerca de acceder a una internación voluntaria, pero nunca se concretó.
Según las cámaras de seguridad externas del domicilio, ingresó sin violencia y estuvo 10 minutos adentro antes de cometer el asesinato de su esposa. Luego fue a buscar a sus hijos al colegio y más tarde los mató en un cañadón cercano a la Ruta 228, antes de quitarse la vida arrojándose bajo un camión.
Los testimonios reunidos hasta ahora indican que no existía una situación de violencia doméstica previa. “Era una pareja normal, con discusiones normales. No había denuncias previas ni señales que anticiparan semejante desenlace”, detalló Ramos.
El hombre, que había dejado su empleo estable para iniciar un emprendimiento, no presentaba dificultades económicas evidentes. Sin embargo, los investigadores sostienen que su estado mental deteriorado fue el factor determinante.
Con los testimonios, las cámaras y los informes médicos en curso, la fiscal Ramos considera resuelta la causa, ya que el único implicado está muerto y no hay indicios de complicidad ni participación de terceros.
El caso, que sacudió a toda la comunidad de Tres Arroyos, deja en evidencia la importancia de detectar y tratar a tiempo los cuadros psiquiátricos graves, incluso en contextos que parecen estables en lo familiar y económico.
