A principios de julio, un macabro hallazgo conmocionó a la ciudad de Córdoba: un cuerpo fue encontrado en el ropero de un departamento. Finalmente, este jueves, la Justicia confirmó que el cadáver pertenece a Milagros Bastos, una joven de 22 años que fue vista por última vez en agosto del año pasado.
El hecho se produjo en un edificio ubicado sobre la calle Buenos Aires al 300, en la unidad que habitaba Horacio Antonio Grasso, un expolicía que fue condenado en 2009 a 27 años de prisión por el asesinato de Facundo Novillo. Tanto él como su hermano Javier Grasso -dueño de la propiedad- quedaron imputados por el crimen de Milagros.
El cadáver fue encontrado el 5 de julio por dos albañiles que estaban realizando refacciones en el lugar. Al sentir un olor nauseabundo, desarmaron una pared que tapaba el placard y hallaron el cuerpo en avanzado estado de descomposición. Estaba envuelto en mantas, atado con un cable y cubierto con cemento y cal.
La Fiscalía de Distrito Tres Turno Tres indicó que la identidad de la víctima se confirmó a través del cotejo del ADN con muestras que aportaron los familiares de Bastos.

Las sospechas
El departamento donde fue hallado el cadáver pertenece a Jorge Javier Grasso, pero estaba alquilado por su hermano, Horacio Antonio Grasso, un expolicía condenado por el crimen de un nene de seis años en Salta.
Horacio estaba cumpliendo prisión domiciliaria con tobillera electrónica en ese lugar, pero fue trasladado a la cárcel días antes del hallazgo por haber violado las condiciones del régimen.
Los trabajadores que encontraron el cadáver habían sido contratados por Jorge Javier para realizar arreglos en el lugar. Según trascendió, el armario estaba ubicado en una habitación cerrada y la puerta había sido tapada con listones de madera. En esta línea, la Justicia investiga si los albañiles fueron llevados allí para “limpiar” una escena del crimen.
Tras las pericias, se cree que Milagros habría sido asesinada seis meses antes de que encontraran su cuerpo, aunque aún no se determinaron las causas exactas de su muerte.
Mientras tanto, la Justicia de Córdoba imputó a los hermanos Grasso por su presunta vinculación en el crimen y avanza en reconstruir cómo ocurrió.