A casi un mes del brutal doble femicidio del barrio Thompson, la familia de las víctimas, Myriam y Mariana, denuncia falta de acompañamiento estatal y asistencia psicológica. Julieta Benítez, pareja del hijo de Myriam y hermano de Mariana, relató la difícil situación que atraviesan y pidió ayuda a la comunidad.
Según explicó, ningún integrante del grupo familiar ha recibido contención profesional desde el 7 de octubre, día del crimen. “Todavía no tuvimos asistencia psicológica. Llamé a la persona encargada y me dijeron que mi marido debía ir a sacar turno a la sala médica. Con todo lo que pasó, no tiene ni fuerzas para levantarse”, contó Julieta, visiblemente indignada.
La mujer manifestó su malestar por la falta de acompañamiento institucional y sostuvo que, tras el crimen, no recibieron ningún llamado oficial. “Después de lo que vivimos, lo mínimo sería que alguien se acerque, que el intendente lo llame o que algún área del municipio se comunique. Pero no apareció nadie. Nos sentimos completamente solos”, afirmó.
Además del dolor emocional, la familia enfrenta una difícil situación económica: deben afrontar los honorarios de la abogada que representa la causa, que ascienden a cuatro millones de pesos. “Él recién volvió a trabajar esta semana. Vive al día, y con eso se mantiene la casa y los chicos. Fue muy duro enterarnos de que había que pagar tanto dinero para poder seguir el proceso”, detalló.
Ante este panorama, amigos y allegados de las víctimas lanzaron una rifa solidaria para ayudar con los gastos judiciales. “Las amigas de mi cuñada y de mi suegra se organizaron para juntar premios. Queremos que la rifa sea linda, cuesta 5.000 pesos y todo lo recaudado irá a la causa”, explicó Julieta.
Quienes deseen colaborar pueden hacerlo a través del alias truco.campo.pala, a nombre de Leandro David Bustos.
La mujer también remarcó que el Estado no se acercó con ayuda alimentaria ni económica. “No es que vienen a tocarte la puerta y te preguntan si necesitás algo. Todo hay que pedirlo, y eso duele”, dijo con resignación.
Mientras la investigación judicial continúa, la familia lucha por sostenerse emocional y económicamente. “Perdimos a dos personas queridas, y encima tenemos que pelear por lo que debería ser básico: contención y justicia”, resumió Julieta.