En el marco de la causa por la tragedia ocurrida en el predio de General Daniel Cerri donde Elián Alarcón, un chico de 13 años perdió la vida ahogado en la pileta del predio del Sindicato de Químicos y Petroquímicos, Fabricio Fabián Canteros prestó declaración y brindó su versión de los hechos ante la Justicia. El imputado, empleado del sindicato, sostuvo que no tenía a su cargo el control técnico de la pileta y que la instalación ya funcionaba sin rejillas desde antes de asumir funciones en el lugar.
Canteros explicó que ingresó al sindicato en 2019 y que recién en diciembre de 2024 fue designado encargado del predio, en un período de prueba de tres meses. Según afirmó, su rol era administrativo y de mantenimiento general, sin responsabilidad sobre aspectos técnicos o de seguridad específicos de la pileta. “Yo no era jefe del personal ni responsable del funcionamiento técnico”, señaló en su declaración.
En relación al día del hecho, indicó que no se encontraba en el predio al momento de la tragedia y que se enteró de lo ocurrido por una llamada telefónica mientras regresaba de Villa Ventana. Aseguró que, una vez notificado, se dirigió de inmediato a Cerri para colaborar.
Uno de los puntos centrales de su testimonio fue el reconocimiento de que las piletas no tenían rejillas en las bocas de desagüe. Canteros afirmó que esa situación existía desde antes de su llegada y que desconocía que la normativa exigiera su colocación. Incluso señaló que, según le informaron otros empleados, la pileta principal funcionaba así desde una refacción realizada en 2012, mientras que la pileta menor nunca contó con ese elemento de seguridad.
El imputado también apuntó contra el ingeniero Andrés Goñi, quien habría emitido el certificado de aptitud estructural necesario para la habilitación municipal. Según Canteros, el profesional fue contratado para verificar las condiciones de seguridad y es quien debía controlar ese aspecto. En ese sentido, afirmó que Goñi “miente” al sostener que la pileta tenía rejillas y relató un cruce posterior en el predio, donde le dijo que “no estaban en el mismo barco” y le pidió que se retirara.
Por último, Canteros manifestó que nunca fue informado sobre inspecciones municipales previas al hecho. En su declaración insistió en que su tarea se limitó a reunir documentación y que no tenía conocimientos técnicos ni responsabilidad directa sobre la seguridad de la pileta.
La causa continúa en etapa de investigación, con la Justicia analizando las responsabilidades del ingeniero certificante, los controles estatales y el rol de los responsables del predio.