Un tren de carga con 42 vagones descarriló en la noche del miércoles frente a la estación de Sierra de la Ventana, provocando un bloqueo parcial del tránsito vehicular y peatonal en pleno centro de la localidad. Aunque el paso nunca estuvo completamente interrumpido, la situación mantuvo en vilo a vecinos y turistas hasta la mañana del jueves. La remoción de los vagones descalzados, según autoridades locales, fue especialmente compleja por el peso de la carga.
“Separó Sierra de la Ventana en dos”, resume Viviana Montibeller, delegada de la localidad, en diálogo con Canal 7. “La locomotora pasó con seis vagones y después se descarrilaron otros frente a la estación. De un lado quedaron seis, del otro los demás, con dos vagones particularmente difíciles de mover por estar completamente descalzados”.
El incidente ocurrió alrededor de las 20 del miércoles. Recién pasadas las 9 de la mañana del jueves comenzaron a despejarse los últimos vagones. Durante toda la madrugada, operarios trabajaron en el lugar para liberar el paso con maquinaria especializada.
Hipótesis y antecedentes
Montibeller no cuenta con un informe oficial sobre las causas del descarrilamiento, pero apunta a un problema conocido, “Estimamos que fue un tema de mantenimiento. No es algo confirmado, pero sí recurrente”. La situación se da en un contexto más amplio de deterioro del sistema ferroviario en la zona, donde el tren de pasajeros que unía Bahía Blanca con Sierra de la Ventana permanece suspendido desde marzo.
“La falta de inversión en infraestructura afecta directamente a las comunidades”, advierte la delegada. “Esto fue un tren de carga, pero es una muestra más del estado de las vías”.
Una estación con otro ritmo
La estación de tren de Sierra, situada en pleno microcentro y de valor patrimonial, ha mutado en su uso tras la suspensión de los servicios de pasajeros. Allí funcionan hoy la oficina de transporte de larga distancia, un museo ferroviario y espacios para actividades culturales y visitas guiadas organizadas por el área de Turismo del Municipio de Tornquist.
“La estación sigue viva, pero no como debería”, afirma Montibeller. “Hay una carga simbólica en este lugar que se mantiene, pero lo esencial el tren como servicio público hoy no está”.
Aunque el tránsito ya se encuentra habilitado y no hubo accidentes personales ni pérdidas de carga “los vagones no se tumbaron, eso hubiera complicado más las tareas”, todavía queda trabajo por delante. “Ahora que se liberó el paso, comienza otra etapa, reparar la vía, la trocha, el riel que se descalzó. Y eso no es un arreglo de un día para el otro”.
