En la noche del pasado jueves, un hecho conmovedor tuvo lugar en Tres Arroyos cuando Matías Casen, bombero voluntario con 14 años de servicio, salvó la vida de una bebé de apenas 20 días. La pequeña Catalina había sufrido un episodio de asfixia mientras era amamantada, lo que llevó a sus familiares, desesperados, a buscar ayuda en el cuartel de bomberos cercano.
Matías se encontraba en su turno nocturno, que había iniciado a las 22 horas, cuando las cámaras de seguridad captaron la llegada apresurada de los familiares alrededor de las 23:30. “La madre estaba muy nerviosa porque la bebé no respiraba. Me la entregaron directamente en las manos”, relató Matías, quien, pese a los nervios iniciales, supo actuar rápidamente gracias a su formación en primeros auxilios.
El bombero recordó cómo aplicó maniobras específicas adaptadas a la fragilidad de un recién nacido. “Le di palmadas en la espalda y presioné suavemente sobre el abdomen. Fueron momentos eternos hasta que Catalina comenzó a respirar nuevamente”, explicó. Aunque no lloró al principio, finalmente mostró signos de recuperación antes de ser devuelta a su madre.
La familia, profundamente agradecida, acompañó a Catalina al hospital, donde permaneció en observación durante el fin de semana. “Hablé con la madre y el tío; estaban muy contentos y aliviados. Saber que Catalina ya está en casa es lo más importante“, comentó Matías.
El bombero destacó la importancia de capacitarse en maniobras de primeros auxilios y RCP, subrayando que estas situaciones, aunque poco frecuentes, pueden ocurrir en cualquier momento. “En el cuartel realizamos capacitaciones anuales abiertas a la comunidad. Saber qué hacer en una emergencia puede marcar la diferencia“, afirmó.
Para Matías, este fue el primer caso práctico en el que pudo aplicar estas maniobras. “Es una experiencia que nunca olvidaré. Aunque la adrenalina te lleva a actuar, los días siguientes caés en la cuenta de la responsabilidad que implica”, reflexionó.
