Durante las ultimas horas se conoció un hecho de inseguridad vinculado a los deliveries, esta vez en barrio Noroeste. Un repartidor fue asaltado cuando fue a entregar un producto en calle Artigas al 300.

Los delincuentes, disfrazados de “un cliente más”, encargaron comida del local El Rodeo. Cuando el delivery llegó, le apuntaron con un arma y le robaron la moto.

Según comentó la víctima, eran dos hombres que le sustrajeron su Honda 110cc. Por estas horas la policía investiga para dar con los malvivientes.

Una problemática con antecedentes

Durante los meses de pandemia, el trabajo de repartidor fue el que más creció. Al ser una de las pocas actividades declaradas como esenciales en un primer momento, muchos ciudadanos empezaron a precisar de este servicio.

La demanda laboral se mantuvo constante, la gente empezó a confiar en los repartidores y su cumplimiento, y hasta el día de hoy es uno de los rubros que sigue en pie.

Tanto creció la necesidad de este servicio de delivery, que cada vez empezaban a expandirse más y a llegar a varios barrios de la ciudad. Pero esto tiene su lado negativo y es que a mayor expansión, mayor inseguridad.

Esta es una problemática que ya tiene sus antecedentes. Sin embargo, se volvió más compleja a mediados del año 2020. El rubro se encontraba en auge, eran muchos los empleados que repartían en zonas diferentes y en consecuencia, comenzaron a llegar las denuncias.

Para ese entonces, Canal Siete elaboró un informe del temor detallado en primera persona. Robo de dinero, de motos y bicicletas, amenazas a mano armada, entre otros, son los que ellos mismos mencionan. Esta ola de robos empezó por asustar a los deliveries que pedían por favor que se anulen algunos barrios desde los comercios y aplicaciones para evitar ser asaltados.

Pero esto no terminó allí. En medio de una sociedad ya acostumbrada a los pedidos por telefono y con algunos repartidores que se movilizan por toda la ciudad, los asaltos siguen.

A la larga, este tipo de hechos de inseguridad tendrán mayores consecuencias. Los trabajadores deberán elegir dónde si y dónde no llevar pedidos. Eso no hace más que disminuir su prestigio laboral y poner en jaque la continuidad de ese puesto.