El Ministro provincial de Salud, Nicolás Kreplak, habló de la situación del dengue en el territorio bonaerense. En rueda de prensa en la ciudad, sostuvo, que en medio de un escenario previsible pero alarmante, la localidad de Bahía Blanca enfrenta una potencial crisis de Dengue. Con la presencia del mosquito vector aún activa y las temperaturas manteniéndose inusualmente altas, la comunidad se encuentra en alerta máxima.

Manifestó que el año pasado fue el peor año de la historia del Dengue en Latinoamérica, y nuestro país no fue la excepción, registrando un aumento significativo en la cantidad de casos. Y dijo que el cambio climático parece haber desempeñado un papel crucial en esta situación, convirtiendo áreas antes libres de vectores, como Bahía, en zonas de riesgo, por eso anticipa un panorama desafiante para este año.

El trabajo conjunto entre el municipio, la provincia y los vecinos, es fundamental para contener la propagación del Dengue, dijo Kreplak. La prevención se convierte en la mejor herramienta, y acciones como el uso de repelente, la eliminación de criaderos y la limpieza constante en los hogares son cruciales.

LOS CORTES DE ATENCIÓN DE IOMA

Con respecto a la obra social de IOMA, Kreplak, manifestó que el cambio de gobierno ha desencadenado una evaluación crítica en el sector de la salud, donde los desafíos financieros amenazan con poner en peligro la atención médica. “Durante cuatro años, el sistema de salud funcionó bajo un funcionamiento complejo pero estable. Sin embargo, la transición política ha expuesto la fragilidad del sistema, especialmente en sectores donde los insumos están fuertemente dolarizados“, dijo el Ministro.

“El aumento exponencial en el costo de insumos tecnológicos, medicamentos y prótesis ha ejercido una presión financiera sin precedentes sobre las instituciones de salud. Las clínicas y prestadores de servicios, acostumbrados a ciertos niveles de pago por parte de las obras sociales, se enfrentan ahora a aumentos drásticos que amenazan su viabilidad económica”, agregó.

“Dejar de prestar servicios no es una opción viable, ya que sería el pueblo quien sufriría las consecuencias. Es crucial trabajar juntos para garantizar que la atención médica siga siendo accesible y de calidad para todos”, concluyó Kreplak.