Hace un año, Bahía Blanca veía interrumpido uno de sus servicios de transporte: la línea ferroviaria hacia Plaza Constitución. Lo que solía ser un trayecto de tres frecuencias semanales, con 12 horas de duración, hoy es parte del pasado.

Los descarrilamientos y el estado deplorable de las vías llevaron a cortes temporales, que eventualmente desembocaron en la completa interrupción del servicio. La falta de inversión en infraestructura por parte de las dos empresas concesionarias, Ferrosur Roca y Ferro Expreso Pampeano.

Según Pablo Daguerre, concejal dijo a Canal Siete “El cambio de Gobierno no ha traído claridad sobre la política ferroviaria a seguir ni si habrá incentivos para reactivar el servicio. Incluso se barajó la posibilidad de privatizar el corredor, pero la incertidumbre persiste, ya que no se ha definido quién se hará cargo ni en qué condiciones”.

Y agregó “La inversión necesaria para reparar el tramo afectado es considerable, especialmente en la zona crítica de Olavarría, pero las empresas concesionarias han mostrado poco interés en asumir esta responsabilidad”.

Mientras el pasaje en tren alcanza los 8400 pesos, el viaje en colectivo oscila entre los 44.000 y 55.000 pesos, y en avión supera los 100.000 pesos. Esto contrasta con la competitividad económica que solía tener el tren antes de su interrupción.