A dos años del asesinato de su hermano, Jonathan Ortega espera que la justicia finalmente actúe. En medio del dolor y la bronca acumulada, su testimonio refleja la herida abierta que aún atraviesa a su familia. La víctima, Gastón Ortega, hincha del tricolor, fue asesinado en 2023 durante un ataque planificado, del que Jonathan también resultó herido.

“Esperamos que se haga justicia. Que el que tenga que ir preso, vaya. Los traidores van a pagar su culpa”, expresó con firmeza. En un día que definió como “muy triste” para toda su familia, recordó con angustia lo vivido: “Pasaron dos años de mucha impotencia, mucha ira, mucha bronca. Pero sabemos que esta vez se va a hacer justicia. La justicia de Dios también”.

Según Jonathan, los hechos ocurridos ese día fueron claros y premeditados: “Sabemos quién es el asesino y quién ordenó la ejecución. Fue planificado”. Señaló directamente a un referente del club: “Yo al que conocía era al ‘Tony’ Sapo Ruiz. Él fue quien ordenó todo el ataque”.

Ese ataque, que dejó un muerto y heridos, tuvo lugar durante un evento familiar en el club. “Estaba lleno de criaturas, había un evento de patín en Villa Mitre. Nosotros quisimos prevenir, apaciguar las aguas, pero fue todo más violento todavía. Mi hija, que tenía casi 10 años, también estaba ahí. No les importó nada”, relató.

Jonathan también recibió una herida ese día, pero asegura que su mayor dolor es la pérdida de su hermano. “Lo recuerdo de la mejor manera. Mi sobrina y mi hija están con psicólogo. Es muy difícil”, confiesa.

Además, sostiene que hay más personas involucradas que aún no han sido juzgadas: “Sí, tiene que haber muchos más. Eran muchos más. Nosotros éramos tres, y esto fue un ataque directo, ordenado y planeado”.

En cuanto a la posibilidad de haber evitado la tragedia, lamentó que sus advertencias no hayan sido escuchadas: “Intentamos prevenir lo que iba a pasar, pero no nos dieron lugar. Que no haya pasado algo peor fue de casualidad”.

Hoy, tras dos años de espera, Jonathan afirma que eligió el camino de la justicia, dejando de lado la posibilidad de actuar por mano propia. “Hay que aprender a esperar. La justicia tarda, pero llega. Esperemos que hoy sea el día”.