En el marco de la causa por presunta estafa en la venta de entradas para el partido que la Selección Argentina disputó ante Brasil el pasado 25 de marzo, el empresario Julián Ariel Bisignano presentó un extenso descargo ante la UFIJ N.º 10, en el que se desligó de cualquier maniobra fraudulenta y acusó a Francisca Pérez Espinosa de haberlo involucrado falsamente.
Bisignano aseguró que su única vinculación con la causa “obedece únicamente a la falsa denuncia de Francisca hacia mi persona”. En el escrito, sostiene que nunca tuvo contacto directo con las víctimas, que “le compraron entradas a Francisca Pérez, abonando el 50 % del precio por ella publicado en su web”.
El documento judicial repasa mensajes de WhatsApp entre Pérez y una de las damnificadas, Agustina Legorburu, quien relató paso a paso cómo fue la operatoria. En un mensaje del 5 de marzo, la imputada les comunicaba a los compradores: “¡Atentos! Vamos a estar comunicándonos en el transcurso de la semana próxima para combinar entregas. Tiempo de entrega hasta el 25/3, previa combinación”.
Pese a la promesa, días antes del encuentro, Francisca anunció en redes sociales que había sido estafada y que no contaba con los tickets. Legorburu, al ver la publicación, le escribió indignada: “Jugaste con todos. Plata de entradas, alojamiento en Bs. As., días de trabajo pedidos al pedo, la ilusión de mis hijos… ¡No dimensionás lo que hiciste!”.
Según Bisignano, el verdadero motivo de la caída en la entrega fue que Pérez “vendió entradas argumentando que el pago del 50% congelaba el precio y luego no lo pudo sostener”. Y agregó: “Francisca desapareció, estando a una semana del partido. No pagó lo que faltaba y no permitió que se le entregaran las entradas restantes”.
El imputado afirma que había accedido a conseguirle a la vendedora 150 entradas populares, que fueron entregadas en mano por Matías Plaza —un contacto suyo del Club Boca Juniors— en la puerta de la casa de Pérez, en Palermo. Según indica el escrito, “Francisca y su hermana vendieron varias entradas de distintos valores y transfirieron una parte del dinero a cuentas a mi nombre y el resto a otras personas que desconozco”.
El descargo también incluye capturas de chats en los que Bisignano le exigía a Pérez que abonara la diferencia pendiente. “Si vos pagás eso, se entregan las cosas ahora y seguís entregando. Las cosas te están esperando pero todavía debés dinero de esa tanda puntual”, se lee en una de las conversaciones. En otra, le reclama: “Les mentiste a las personas en la cara por IG. Yo nunca te dije que no te iba a entregar nada, eso es mentira”.
Además, aporta conversaciones con compradores que lograron contactarlo directamente y a quienes —asegura— les entregó las entradas. “Yo le hablé todos los días desde el miércoles y jamás me respondió… confié igual por vos”, le dijo Giuliana Masera, otra damnificada.
Finalmente, Bisignano plantea un argumento jurídico: sostiene que quienes compraron por fuera de la web oficial lo hicieron “aceptando los riesgos” de la reventa. “No hubo engaño por mi parte”, afirmó, y citó el artículo 1737 del Código Civil y Comercial para sostener que no puede haber protección penal en una transacción que fue, en principio, ilegal.
Esta entrada ha sido publicada el 29 de mayo, 2025 19:17
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