Bahía

“No hay mucho lugar a la pausa”: por qué seguimos postergando los controles médicos

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El psicólogo Ignacio Busca advierte que vivimos atrapados en una época que nos empuja a la velocidad, la exigencia y el aguante, factores que conspiran contra la prevención y nos alejan de una relación saludable con nuestra propia salud.

Es un análisis social y cultural de por qué tantas personas siguen postergando los controles médicos, incluso sabiendo que podrían salvarles la vida.

El punto de partida parece simple, falta de tiempo. Pero no es sólo eso. Las barreras que frenan el acceso a la prevención son múltiples y complejas. “La lejanía de las grandes ciudades, la dificultad de acceso, las exigencias laborales y sociales, la presión de la rutina. Todo se acumula”, enumera. Pero apunta más profundo, “Hay una cultura del aguante que nos atraviesa. Esa que dice que siempre hay que poder un poco más, no mostrar vulnerabilidad, y seguir”.

En esta lógica, tanto hombres como mujeres terminan relegando su salud a un segundo plano. En el caso de ellas, destaca Busca, “por estar muchas veces a cargo del cuidado de otros”. En el caso de ellos, “por esa idea impuesta de que mostrarse fuerte es callar los síntomas”. En ambos casos, la consecuencia es la misma, se llega tarde al sistema de salud. Y cuando se llega tarde, el pronóstico suele ser peor, el tratamiento más costoso, y la carga más pesada.

La contradicción es feroz. “Postergamos estudios por falta de tiempo, pero cuando finalmente nos decidimos, ya es tarde y tenemos que hacer todo más apurado”, comenta Busca. Y lo que debería ser una herramienta para vivir mejor, se convierte en una urgencia que arrastra miedos, incertidumbre y culpa.

El miedo, justamente, juega un papel silencioso pero potente. “Hay un temor a que algo salga mal. A tener que enfrentar una verdad que no queremos ver. A veces preferimos no saber. Pero no saber a tiempo puede tener consecuencias irreversibles”, remarca el psicólogo.

En definitiva, para Ignacio Busca la clave está en recuperar la pausa. No como lujo, sino como necesidad vital. “Darnos ese espacio para los chequeos, para escuchar el cuerpo, para frenar un poco, es una forma de cuidarnos. No sólo individualmente. También como sociedad. Porque la prevención no es una decisión egoísta, es una responsabilidad compartida”.

Esta entrada ha sido publicada el 15 de julio, 2025 15:30

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