El mundo de la cultura de Bahía Blanca atraviesa horas de profundo dolor tras el fallecimiento de Gisella Avale, reconocida bailarina, maestra y referente de la danza clásica en la ciudad. Tenía 49 años y una vida entera dedicada al arte.
Gisella era hija de la recordada pianista Susana Persia, por lo que creció rodeada de música y sensibilidad artística. Comenzó a estudiar ballet a los 7 años y nunca se alejó del escenario. A lo largo de su carrera se destacó como intérprete, pero también como formadora de nuevas generaciones, convirtiéndose en una figura clave de la danza bahiense.
“Me dediqué a la docencia de la danza clásica, capacitándome y actualizándome y, por sobre todo, enseñando el amor por la danza”, supo decir con orgullo. Su pasión se reflejaba no solo en sus clases, sino en la conexión que mantenía con cada alumna y alumno que pasó por su formación.
El Instituto Cultural de Bahía Blanca fue una de las primeras instituciones en manifestar públicamente su pesar. En un comunicado oficial, expresó su acompañamiento a los seres queridos de Gisella y resaltó el valor de su legado, que permanecerá en cada escenario y en cada cuerpo que siga bailando con su inspiración.
La noticia conmovió al ambiente cultural local, donde se multiplican los mensajes de afecto, gratitud y despedida. La comunidad artística la recordará por su talento, su entrega y su calidez humana, que dejaron una huella imborrable en la vida cultural de Bahía Blanca.
