Uno de los principales adversarios en la Fórmula 1 de Michael Schumacher, que este miércoles 3 de enero cumple 55 años y cuya salud es mantenida en secreto por su familia desde el grave accidente de esquí que le provocó una lesión cerebral, fue Fernando Alonso. Sin embargo, muchos años antes un piloto alemán que tenía de ascendencia española se erigió en el primer gran rival que tuvo el heptacampeón, que hasta la robó la novia.
Se trata de Heinz-Harald Frentzen. Nacido el 18 de mayo de 1967 en Monchengladbach, hijo de madre española y padre alemán, conoció en las categorías previas a su ascenso a la Fórmula 1 a un joven de Kerpen dos años menor que él: Michael Schumacher. La competencia entre ambos no se limitó a las pistas, sino que trascendió al plano personal. Es que la novia de entonces de Frentzen, Corinna Betsch, luego se convertiría en la esposa de Schumacher.
Por entonces, los jóvenes Schumacher y Frentzen, al igual que el austríaco Karl Wendlinger, demostraban que tenían un futuro prometedor. La Federación de Alemania, que aún no podía definirse por uno de ellos para llevarlo a la Fórmula 1, decidió unirlos en 1989 en un mismo equipo de Fórmula 3.
Además, les plantearon un premio: el primero que ganara una carrera de Fórmula 3, tendría un test en la máxima categoría. Entonces, empezaron las tensiones. Schumacher ganó en la cita inaugural en Osterreichring, pero Frentzen lo acusó de haberlo sacado de la pista en un polémico toque.
De todas maneras, la federación alemana no cumplió la promesa de la prueba en la Fórmula 1. Finalmente, Wendlinger ganó el campeonato de Fórmula 3 por sólo un punto de diferencia sobre Schumacher y Frentzen, que empataron en el segundo lugar.
En marzo de 1989, Frentzen comenzó a salir con Corinna Betsch, empleada administrativa de una oficina. Apenas 19 meses después ella lo dejó y empezó una relación con Schumacher. Ambos decidieron formar una familia, tuvieron dos hijos y ella lo cuida hasta el día de hoy, después del grave accidente de esquí que el expiloto sufrió el 29 de diciembre de 2013 en los Alpes franceses.
Michael Schumacher y Heinz-Harald Frentzen en la Fórmula 1
Sauber Mercedes llevó en 1994 a Heinz-Harald Frentzen a la Fórmula 1. Al año siguiente, el proyecto terminó: Mercedes se fue a McLaren, mientras que Sauber se quedó con motores Ford. En la temporada 1995, Frentzen consiguió su primer podio y terminó noveno en el campeonato de pilotos. Aunque sus estadísticas eran buenas, muy lejos estaban de ser las de Schumacher, que para entonces ya era bicampeón con Benetton (1994 y 1995).
En 1997 los nombres de ambos serían más protagonistas que nunca. Frentzen fue fichado por Williams-Renault, que tenía un auto con grandes posibilidades de coronar a un campeón. Así llegó su primera victoria, en el Gran Premio de San Marino. Sin embargo, el desenlace del campeonato fue entre su compañero de equipo, el canadiense Jacques Villeneuve y, por supuesto, Michael Schumacher, que ya estaba en Ferrari.
La definición se extendió hasta la última competencia, a la cual Schumacher llegó con sólo un punto de ventaja sobre Villeneuve. El gran premio no estuvo exento de polémica: el alemán chocó de manera deliberada al canadiense y, producto del impacto, se vio obligado a abandonar. La Federación Internacional del Automóvil (FIA) decidió quitarle todos los puntos conseguidos esa temporada. De esa manera, Heinz-Harald Frentzen subió un puesto y terminó subcampeón del mundo, el mejor resultado de su carrera.
Luego Frentzen comenzó su decadencia en la elite del automovilismo. Se despidió de las pistas en 2003 con tres victorias, 18 podios y un subcampeonato fortuito, mientras que Schumacher se mantiene, junto a Lewis Hamilton, como el máximo ganador de la historia de la Fórmula 1, con siete títulos.
Tras el accidente de Schumacher, Frentzen recordó en diálogo con Speedweek cómo fue su vínculo con el rival que tuvo desde su juventud: “Nos parecíamos mucho, pero nunca llegamos a ser amigos. Cuando corríamos nos tratábamos con respeto. Tampoco sentí que era lo suficientemente cercano como para contactar a su familia después de su accidente de esquí. Por supuesto que mantengo mis dedos cruzados por él, Corinna y sus hijos”.
Fuente: TN
