Policiales

Polémica en Tucumán: un femicida que mató a su expareja y le arrancó los ojos obtuvo salidas transitorias

Compartir

Pablo Maximiliano Amín fue condenado a prisión perpetua después de asesinar a su expareja, María Marta Arias, en Tucumán en el 2007. El femicidio provocó gran conmoción en la sociedad por la brutalidad del hecho: después de estrangularla, desmembró su cuerpo y le arrancó los ojos. Por todo esto, Amín es considerado uno de los peores criminales de la historia.

A 18 años del caso, el condenado solicitó los beneficios que la Justicia le concede tras haber cumplido parte de su pena y haber presentado una buena conducta durante su detención. Obtuvo salidas transitorias y es común verlo caminando por las calles de Tucumán. Su aparición pública provocó indignación y despertó la polémica.

De acuerdo con la información publicada por el portal El Liberal, Amín consiguió el permiso para salir del penal de Villa Urquiza, donde cumple su condena, dos veces al mes durante tres horas, bajo custodia. Pese a la oposición del Ministerio Público Fiscal (MPF), el beneficio fue aprobado por la jueza de Ejecución Penal y ratificado por el Tribunal de Impugnación de Tucumán.

Pablo Maximiliano Amín cumple su condena en el penal de Villa Urquiza. (Foto: Google Street View)

Sin embargo, desde que el criminal camina libre por las calles de Tucumán el caso reflotó en la opinión pública y su presencia provocó malestar y rechazo entre la comunidad de Tucumán.

Cómo fue el crimen

El femicidio ocurrió durante la madrugada del 27 de octubre de 2007, cuando Amín, oriundo De Santiago del Estero y de gran contextura física, se encontraba junto a su esposa, María Marta Arias (23 años), en San Miguel de Tucumán por motivos laborales.

Leé también: Condenaron a 12 años de prisión al joven involucrado en el crimen de Uma Aguilera en Lomas de Zamora

Esa noche, Amín asesinó a Arias en el hotel donde se habían alojado. Las pericias indicaron que primero la estranguló, después mutiló su cuerpo y le arrancó los los ojos. El personal del hotel se encontró con el hombre desnudo, arrastrando el cadáver por las escaleras, en un estado de aparente delirio.

En el juicio, la defensa del acusado intentó convencer al jurado de que Amín había tenido un brote de esquizofrenia paranoide y que era inimputable. Durante el proceso, simuló locura con discursos incoherentes y amenazas directas.

Sin embargo, las pericias psiquiátricas dejaron en evidencia que se trataba de una actuación. Amín tenía trastorno de personalidad antisocial y una tendencia a la impulsividad, pero su comportamiento durante el juicio fue una simulación. Finalmente, fue condenado a prisión perpetua por el delito de homicidio agravado por ensañamiento.

Esta entrada ha sido publicada el 14 de octubre, 2025 09:06

Deja un Comentario