El chef respondió los cuestionamientos apenas se consagró y sacó a relucir su experiencia en restaurantes, además de calificar a los tres jurados que lo evaluaron.
El campeón de El gran premio de la cocina, Julián Bermúdez, les hizo frente a los cuestionamientos tras su consagración el lunes en el programa.
El chef se defendió de las críticas al sacar a relucir su experiencia en restaurantes, además de calificar a los tres jurados que lo evaluaron.
Julián explicó que “las cosas que conseguí como ser chef de un presidente o haber abierto 30 restaurantes, fue por insistir y las puertas se van abriendo. A mí me invitaron a Cocineros Argentinos, por un mail aleatorio que me mandé, fui una vez y después me llamaron dos veces más porque gusté”.
“Años después, termino estando en otro programa de cocina no como cocinero invitado sino como concursante”, explicó Bermúdez, entrevistado por Nilda Sarli y Moskita Muerta en La once diez, para desestimar las acusaciones de acomodo por su pasado televisivo.
El campeón evaluó a los distintos integrantes del jurado y aseguró que “Christian Petersen es un cocinero más rústico y detallista, Felicitas Pizarro es la parte del medio, pero a mí me fue más exigente Mauricio Asta”.
“Mi personalidad es bastante chocante, soy egoísta en mi propio mundo. Yo generé un vínculo desde la gastronomía, desde ese lado sí me pude comprar al jurado desde mostrarles mi capacidad. Si un plato no me salía bien, realmente estaba mal, no me importaba el rating”, aclaró el cocinero.
Bermúdez explicó que “el ego del cocinero es algo muy delicado, lo copado de todo esto es cuando uno puede justificar la soberbia, me encontré cocineros que se jactan de ser los mejores y después entran a una cocina y no saben hacer nada”.
“Yo peco de soberbio pero creo que lo demuestro. Haber ganado con estilo, haber sido un antes y un después y me parece que eso justifica la soberbia”, cerró Julián.
Fuente: eltrecetv
