En una nueva aventura de inmersión en oficios pocos conocidos, Daniel Malnatti viajó hasta Malargüe, en la provincia de Mendoza, para someterse a un desafío extremo para toda persona citadina y contó en Telenoche cómo es vivir como un trashumante durante 10 días.
Malnatti hizo contacto con Eliseo, quien fue su guía en esta travesía por la Cordillera de los Andes, en la que experimentó en primera persona lo que es el sacrificado oficio de arriero en la montaña.
Para dar con la tropilla, Malnatti y Eliseo debieron subir hasta los 3000 metros y luego bajar junto a los caballos.
“Ese el laburo del arriero, bajar los animales para que puedan conseguir el alimento en otra zona, en un campo donde hay alturas”, explicó el periodista.
“Cabalgamos 3 horas, atravesamos ríos, nos asomamos a verdaderos precipicios, todo a ciegas. Sólo escuchábamos sonidos y presentíamos el peligro solo cuando el silencio se hacia espeso”, detalló Malnatti sobre el arduo labor que realizan los arrieros.
Segundos más tarde, el periodista agregó: “A la vuelta, cuando retornábamos por el mismo camino, nos asustamos retrospectivamente: no podíamos creer los abismos que habíamos recorrido a ciegas”.
El arriero come durante el recorrido y duerme a la intemperie. El agua que utiliza para el mate proviene del arroyo, que nace en la cordillera del río. En esta ocasión, Malnatti y Eliseo recorrieron 120 kilómetros. “En el invierno, esta casa se tapa de nieve hasta la chimenea, hay que limpiar, poner todo en cajas y guardar los colchones”, aseveró sobre la casita en cuestión.
La aventura de los arrieros y la importancia del camino
El informe que compartió Daniel Malnatti en Telenoche sobre como es la vida de Trashumante durante 10 días también contó las payadas de Eliseo, que es un gran cantante.
“Para el amigo Daniel, que ha venido a visitarme, yo quiero saludarle, nos iremos cuesta arriba porque tengo mi rancho al pie de la cordillera”, le cantó el arriero como bienvenida al periodista a su travesía.
“Le vamos a sacar la carpa al que está durmiendo a ver si se despierta”, lo despertó Eliseo pícaro, mientras dejaba entrar el sol en la tienda de Malnatti. “Un ratito más, un rato nada más”, imploró Daniel, somnoliento.
Tras despertarse, en el rancho, comieron guiso con carne de chivo, que se utiliza para todas las comidas. Además, prepararon yuyos para proporcionarle a quien pudiera sentirse mal del estómago en algún momento.
Fuente: eltrece
